Entrevistando a José Buil
Entrevista realizada el 3 de Marzo del 2016
Por: Alfred Carrillo
José Buil Ríos nació en Celaya, Guanajuato, el 19 de marzo de 1953. Escritor y cineasta. Estudió Periodismo en la UNAM y posteriormente ingresó al Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC). Escribió en la publicación colectiva Doce modos (1975) y Ahí viene la plaga (1984) junto con José Agustín y Gerardo Pardo. En 1981, realizó su primer cortometraje Adiós, adiós ídolo mío. En 1989, filmó su primer largometraje La leyenda de una máscara, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, A. C. le otorgó el Ariel, en 1991, en la categoría de La Mejor Ópera Prima. En 1996, se hizo acreedor a los Arieles en las categorías de Mejor Largometraje Documental, Mejor Guion, Mejor Argumento Original, por la película La línea paterna. Trabaja desde 1987 con su compañera, la también cineasta Marysse Sistach. Entre sus títulos se destaca Anoche soñé contigo (1991) La balada de John O´Reilly (1996) El cometa (1997) Manos Libres (2005) La niña en la piedra (2006) y La fórmula del Dr. Funes (2013).
Alfredo Carrillo: ¿Recuerda la primera película qué lo impactó? José Buil: la primer película que me impactó, no se sí es la primera que vi pero, en un cine pagando un boleto fue una que se llama Viaje al centro de la Tierra, basada en un libro de Julio Verne. Fue una película que me impresionó mucho, porque los personajes se meten por un túnel y van hacia el centro de la Tierra y en el camino se encuentran a un dinosaurio, un dragón una cosa así que casi se los come, me asusté muchísimo y fue mi primer impacto en el cine. AC: ¿En qué momento de su vida decidió dedicarse al cine? JB: pues mira, tardé bastante tiempo, porque yo fui un aficionado al cine toda mi vida desde niño, la adolescencia y luego también en la juventud. Ya en la UNAM me metía mucho a los cineclubs y vi muchas películas de grandes directores y de grandes escritores y grandes actores y actrices. En ciencias políticas en la clase de medio de la comunicación masiva, tuvimos una maestra que nos ayudó a desmitificar todo el asunto de que todas las películas estaban hechas de una casta que nunca bajaba a la tierra, y entonces nos hizo ver que nosotros también podíamos hacer películas y nos pidió un trabajo en súper ocho, y otros amigos de la carrera y yo nos propusimos hacer una película en súper ocho y lo probamos, andaría yo por los 18 años y por ahí empecé a decidir que me gustaría estudiar cine. AC: ¿Qué directores han influenciado su trabajo? JB: mexicanos me gustaría decir que Gilberto Martínez Solares, el director de las películas de Tin Tan, pero pues no he logrado hacer una sola escena como las que él hace, quizá porque no hay un actor como Tin Tan. Otro que impactó aquí en México fue Fernando de Fuentes, cuando vi El compadre Mendoza y Vámonos con Pancho Villa me parecieron dos obras maestras. También Don Julio Bracho e Ismael Rodríguez. Internacionales John Ford, Howard Howks; esos directores que se consideran clásicos de la industria de Hollywood, ellos son directores a quienes seguí mucho, y me gusta mucho la forma de narrar que ellos tienen, que es una forma clásica y académica, no es experimental ni inventan nada, sino que te cuentan la historia de la forma más precisa posible, eso es lo que a mí me gusta. AC: En algunas de sus películas vemos que los protagonistas son jóvenes ¿Por qué retratar a la juventud? JB: primero porque yo también pasé una juventud muy apurada, siempre sentí que estaba al borde del abismo y leía el libro de Jim Morrison aquel Nadie Sale vivo de Aquí, y pensaba que no iba a pasar de los 30 años. Así es que la juventud siempre fue una edad temeraria, diría yo, imagínate, te dejabas el pelo largo y la policía te perseguía, te acusaban de ser maricón o drogo, o lo que fuera, había mucha represión para la juventud en el post-68, yo no estuve en el 68, pero en el post estuvo cabrón porque la policía perseguía a todas esas generaciones. Por un lado yo sentí toda esa fragilidad de ser joven; cuando no tienes recursos, ni eres una persona respetable y entonces el sistema te reprime, eso es una posición sesentaochera clavada. Con el rollo cultural empecé a ver muchas películas que trataban sobre jóvenes o niños como Los 400 golpes o Adiós a los niños de Louis Malle, películas donde el joven es el protagonista. Luego, literariamente, vi la literatura de José Agustín que se refiere mucho a los jóvenes y la literatura de un gringo, que ya murió también, que se llama J. D. Salinger que escribió El guardián entre el centeno; que trata de un adolecente que está fugado en Nueva York. Con mi mujer, cuando nos encontramos, vi que ella también era muy aficionada a la cultura adolecente en libros y películas, y hemos hablado mucho de los jóvenes, porque vemos que son personajes muy maleables. El joven siempre va a cambiar, en los siguientes años va arribar a la adultez y va a ser distinto de como era de joven. Es imposible conservarte como cuando tenías 18 años. AC: Su más reciente trabajo es La fórmula del Dr. Funes ¿Por qué hacer una historia para niños? JB: los niños son el futuro de México. Con mis colegas de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas hemos hablando varias veces de la necesidad que tenemos todos los que nos dedicamos a contar historias, de la creación de públicos. Entonces si quieres saber mi postura política frente a eso, pensé que yo, a mi edad, tengo que hacer una película para niños, para que sí la película pasa en Cineteca pues que venga un público de niños, vean una película infantil mexicana, conozcan la Cineteca y vean que se produce en México historias que están no sólo hechas para niños, sino contadas por niños. Entonces La Fórmula del Dr. Funes es una película contada por un niño de once años. Me llamó la atención sacar al niño que traigo dentro, ponerme en los zapatos de ese niños para contar una historia fantástica como la que cuenta Pancho Hinojoza en cuyo libro me basé para hacer la película. AC: ¿De toda su filmografía tiene un film favorito? JB: sí, la que pasa la semana que entra, aquí en la cineteca el próximo jueves, a la cual están invitados ustedes, vengan a verla. Es un documental que se llama La línea paterna y la otra película que me gusta muchísimo es Los pasos de Ana, que dirigió Marisa Sistach en la que actúa nuestra hija Pía, nuestro hijo Valdiri, ella era la jefa de la casa, yo el marido, e hicimos una película familiar, y la película está guardada aquí en cineteca y algún día la vamos a reciclar. AC: ¿Qué película ha vista últimamente? JB: ayer fui a ver la película The Revenant de Gonzáles Iñárritu, y sí me gustó, me pareció un buen espectáculo, entretenida, aunque sinceramente yo le quitaría unos 10, 15 minutos para que fuera aún más entretenida. AC: ¿Cómo ve el cine mexicano actual? JB: bien, yo creo que estamos en una buena época de producción de cine mexicano; como ahora se ha facilitado la producción porque ya no existe la tiranía de los sindicatos, como cuando yo comencé. Ahora las herramientas para hacer una película están más disponibles para todo mundo. Hasta decimos que alguien con un buen teléfono celular, con una buena cámara puede hacer una película, yo digo que eso es cierto, el problema está en que tenemos que saber cuál es la historia que queremos contar y luego contarla, saber con qué puntuación contarla y qué tipo de sintaxis contarla, eso es muy importante. Tienes que ser claro, no tienes que hacerte bolas a la hora de contar la historia, es muy importante tener claridad. AC: ¿Por qué hacer cine en México? JB: yo creo que la cultura mexicana es una cultura preponderantemente visual, si te remites a la época prehispánica vas a encontrar una visualidad muy grande, todo se hacía con una idea de ¿cómo vamos a ver la pirámide, qué colores le vamos a poner, qué relieves, qué dioses van a ver ahí, qué cosmogonía? Y bueno, dicen la crónicas de Bernal que todo aquello tenía muchísimos colores. Y luego en la época de la colonia, también hubo pintores mexicanos sobresalientes, ya no se diga en los últimos siglos que tuvimos toda la corriente del muralismo. Cuando se inventó el cine, en México haz de cuenta que a los tres meses que se exhibió cine públicamente en París también se estaba exhibiendo cine en México, no públicamente, pero sí se lo estaban pidiendo al presidente Porfirio Díaz y al año que siguió, ya se estaba exhibiendo al público en México el cine, entonces tenemos la misma edad el cine y el cine mexicano. Entonces, el cine mexicano es una tradición, es parte de nuestra cultura y va para adelante, porque el futuro en la cultura es visual. AC: ¿En qué nuevo proyecto está trabajando? JB: en una película que se llama Los crímenes de Mar del norte que ya terminé de rodar y ahora estoy en la post-producción, la estamos musicalizando y le estamos poniendo todo lo que son las pistas de sonido y creo que para fin de año la vamos a poder presentar al público. AC: ¿Qué consejo le daría a la juventud que quiere dedicarse al cine? JB: que vean mucho cine y que platiquen mucho con la gente a la que le gusta el cine, y sobre todo a la gente que le gusta hacer cine, que se acerquen a la gente que sabe ejercer el oficio para que cuando se pongan a hacer el trabajo de conseguir una cámara, poner unos actores, decirle a todo mundo lo que tiene que hacer para que el cuento salga como es debido. |